En un mundo donde el contenido es compartido cada vez más en grandes plataformas como facebook, twitter, instagram, etc… y cada vez menos desde sitios web de los propios creadores, el acto de tener una página web parece revolucionario aunque quizás también destinado a la irrelevancia…
¿Cuantas personas buscan a los creadores sin pasar por intermediarios? Ninguna que yo conozca. Al final, cuando te interesa un medio, una persona que comparte contenido, sea texto, video, sonido, etc… lo acabas siguendo en una gran red social. Es cierto que hacen la vida más fácil ya que centralizan todo el contenido, pero al mismo tiempo lo controlan…
Yo mismo tengo cuentas en todos esos medios, y al final, si alguien consume mi contenido es desde ahí. La gente no va a buscar tu página, tu blog, etc… a no ser que esté dentro de una gran plataforma.
Pero piensa en lo que eso significa: Ellos pueden censurar o controlar todo el contenido que distribuyen. Ellos pueden limitar la libertad de expresión de sus creadores dado que son empresas privadas.
Internet parecía en sus comienzos que iba a ser algo que facilitaría la distribución libre de contenidos. Cualquiera podía comprar un dominio, alquilar espacio en un servidor y montarse su propia página web donde compartir lo que le diera la gana. Al final, es complicado que esa forma de compartir contenido compita con las grandes plataformas que se han ido especializando y dan ese servicio de forma gratuita.
¿Para qué pagar por alojar tus videos que pueden generar un ancho de banda inasumible si puedes subirlos a Youtube? ¿Para que pagar por el espacio que ocupan tus imágenes si las puedes subir a multitud de servicios gratuitos?
Pero las políticas de estos sitios son cada vez más restrictivas sobre lo que puede ser compartido. Desde la censura a lo políticamente incorrecto, pasando por estúpidas políticas infantilizadoras y rancias (que perfectamente podrían haber salido de un manual escrito durante la dictadura de Franco) limitando el contenido «sexualizado», hasta el cierre de cuentas que son consideradas peligrosas por las ideas que expresan. Y esto solo son unos pocos ejemplos.
Durante la pandemia hemos visto como cuentas de médicos que no comulgan con el discurso oficial no solo son objeto de burla desde los grandes medios de masas si no que sus cuentas han sido suspendidas una y otra vez, por entender que la información que divulgan es peligrosa.
Sin entrar en la veracidad o falsedad de la información que se comparte en internet lo que sí voy a defender es la libertad de expresarse libremente, y eso es algo que desde estas grandes plataformas es cada vez más complicado (a no ser que tu base de lectores sea irrisoria).
Hay una herramienta que ha sido pervertida en los últimos años. Se llama RSS (Really Simple Syndication) y es algo tan simple que parece una tontería, pero que usado correctamente puede quitar el poder a todas estas multinacionales.
Si tienes una página web y generas un RSS Feed, que no es más que una lista de los contenidos que pones a disposición de los usuarios, cualquier persona con un Lector RSS puede suscribirse a tu contenido sin mediar intermediarios. Es así de simple. Un lector RSS es una página o aplicación (hay para ordenador o movil) que simplemente almacena estos archivos de todas las páginas a las que estás suscrito. Cuando lo abres, comprueba todos los archivos y mira a ver si hay alguna novedad. Después te presenta una vista con una colección de noticias/contenidos por orden de publicación (como el muro de facebook, o twitter).
¿Por qué digo que ha sido pervertido? Porque muchas plataformas, generalmente grandes, que ponen un RSS feed a disposición de los usuarios, no lo ponen completo. Ponen un extracto e intentan que abras el artículo en su página, cuando la gracia es que puedas leer el contenido en la aplicación de tu elección (es cierto que ahora estas aplicaciones tienen soporte para mostrar el contenido también en la página original, o extraer su texto).
Otro ejemplo son los Podcasts. Cuando comenzó este movimiento, bastaba con generar un feed de tus podcasts con un link directo a los audios. De esa forma, con cualquier aplicación se podía gestionar la descarga y escucha de los podcasts. Ahora han surgido multitud de servicios que a cambio de alojarte gratis el audio tienen el control de como lo escuchas. De esta forma tienes que usar su aplicación. Pervirtiendo un sistema que es abierto y libre.
Con la cantidad de servicios gratuitos que existen para alojar audio o cualquier otro tipo de contenido audiovisual, empezando por el Archivo de Internet (con licencias libres, eso sí) o servicios más limitados tipo Soundcloud, se puede perfectamente comenzar un podcast en combinación con un blog tipo WordPress o Blogger (que también tienen versión gratis).
Ahora: Yo abogo por tener tu dominio. En estos tiempos practicamente nadie tiene su propia dirección web ni su propia dirección de email. Casi todo el mundo usa gmail, hotmail, etc… y casi todo el mundo aloja su contenido en plataformas gigantes que lo usan para hacerse más grandes, controlar qué información se puede difundir y ganar dinero mediante publicidad, el control de los datos de los usuarios y de sus actividades en la red…
Podemos volver a los inicios y crear una red más justa, más libre: las herramientas están ahí para el que las quiera usar… os animo a empezar.