Emancipación

Hace algo más de un año escribí esto y lo comparto ahora en esta web. Fue antes del asunto del año pero visto lo visto creo que es más relevante aún. La foto la he puesto después en otro texto pero originalmente correspondía a este…


La emancipación es un derecho. Dejar de vivir tutelado por otros es algo fundamental para el crecimiento y la libertad personal. Pero esa emancipación también implica una responsabilidad. Implica hacerte cargo de tu propia vida, de tus emociones. De que cada uno es quien es y es como es y si en algún momento se te pasa por la cabeza pensar en que alguien debería cambiar lo que sea (y da igual el qué o el por qué, incluso el “alguien” que puede ser desde una persona concreta hasta la sociedad o el mundo en el que vivimos) el que “se lo tiene que mirar” eres siempre tú. Hasta que no asumes esto serás siempre dependiente, como un niño, de lo que otras personas hagan o dejen de hacer. Y ahí eres controlable y manipulable. Siempre que necesitas algo de alguien eres manipulable. Cuando aceptas es cuando puedes ser libre de verdad y desde ahí llegar a ser un verdadero adulto. Y que conste que la palabra aceptar no implica que algo te guste. Simplemente que reconoces la realidad tal cual es y haces lo que necesites hacer tú, para ti, al respecto, aceptando las consecuencias y desde tu integridad.

Desgraciadamente la cosa es complicada ya que vivimos en una sociedad tremendamente infantilizadora, que ha ido quitándonos responsabilidades y sustituyendo a los padres por un estado paternalista y controlador, cada vez más invasivo en nuestras vidas. Y esto claro, se refleja en nuestras relaciones personales. Y es que los adultos infantilizados son mucho más fáciles de controlar y manipular.

El problema es que en esta situación al final todos los que se pelean por el poder han de usar las mejores tácticas de manipulación y a nadie le interesa que las personas sean realmente adultos íntegros y responsables, ya que estos no les van a ceder el poder tan fácilmente. Y así tenemos la educación que tenemos y así elegimos a los representantes que elegimos, y así vivimos en un egoísmo infantil donde lo queremos todo y todo exactamente como lo queremos y si no todo a la mierda y rabieta al canto. Y discutimos y nos peleamos para que entiendan nuestra perspectiva, nuestra opinión, nuestra verdad porque no somos capaces de auto-validarnos sin más. Y defenderemos nuestras posturas hasta llegar a las manos si hace falta porque cualquier opinión distinta es una amenaza a nuestros pequeños y asustados egos que en el fondo son como niños desvalidos incapaces de valerse por sí mismos en un mundo amenazante.

Pero hay alternativas. Y todas implican hacerte cargo de ti mismo, dejar de victimizarte y empezar a recuperar tu poder en todos los aspectos de tu vida. Reconocerte y reconocer a los demás como personas libres, responsables de sus vidas y aceptarlas tal cual son. Y si te duele a ti. Es tuyo. Y si te hace sentir amor. Es tuyo también. Y cuando reconoces que tú eres el responsable de lo que sientes, recuperas tu poder y liberas a los demás. Eso es la verdadera libertad y el verdadero amor.

La foto la pongo porque aquí en nuestra sociedad occidental sobreprotegida sería impensable un lugar así, sin vallas de seguridad, donde si no tienes cuidado te puedes hasta matar. Porque “somos niños” a los que hay que dar seguridad y nos tienen que proteger de nosotros mismos…