Os comieron la cabeza… y lo habéis permitido.

Parece que el dinero lo puede todo, o al menos es lo que casi todo el mundo parece pensar, y como un hechizo lanzado sobre la población mundial, sus efectos han moldeado nuestra cultura y percepción de los acontecimientos desde hace muchos años, cada vez de forma más eficiente.

Pero, ¿Como se consigue semejante proeza? ¿Como se anula la capacidad crítica de millones de personas? El dinero no es suficiente, hace falta usarlo de forma correcta en lo que es realmente una guerra abierta contra la población mundial. Una guerra para conseguir eliminar cualquier atisbo de individualidad y capacidad creativa de pensamiento. ¿Para qué? Para nunca volver a ser una amenaza para los poderes establecidos.

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Usando los medios de comunicación masiva y todo tipo de estrategias psicológicas han conseguido el objetivo: Prácticamente todo el mundo repite los mismos mantras, piensa las mismas ideas, escucha la misma música, ve las mismas películas y se ríe de los mismos chistes o memes… Abstraídos por la pantalla (de televisión, del movil o la tablet), absorbiendo todo tipo de ideas que no les pertenecen, que nunca nacieron de su interior…

Pero todo el dinero del mundo no podría haber conseguido semejante hazaña sin la colaboración de todas las personas que componen la población a aniquilar (intelectual y emocionalmente). Ese estado de indefensión, esa sensación de que todo es demasiado grande y abrumador y tú, un pequeño individuo perdido en un inmeso mundo hostil, no puedes realmente hacer nada para cambiarlo, es una sensación inducida, pero también permitida. Permitida por tí. Por diversas razones, claro… y muchas legítimas, pero el resultado finalmente es un mundo que se nos ha ido de las manos. Un mundo que nos han robado vilmente y que nosotros básicamente hemos regalado a cambio de un granito de seguridad y distracción. De comodidad…

Porque al final, si una canción como “Ghost Town” de los Specials podía llegar a ser el número 1 en UK en un momento en el que el país estaba en una crisis brutal, con altercados y manifestaciones constantes, fue porque había personas individuales que al escuchar la canción conectaron con lo que expresaba, con el malestar que sentían, y fueron tantos que marcaron la diferencia. Y puede parecer un ejemplo estúpido, pero refleja algo que hemos perdido… y por eso, que ocurra algo así es impensable hoy en día porque como se demostró a partir de los 60, la música puede ser una gran herramienta de liberación y no pueden permitir que esté al servicio de la población.

Y los efectos de la manipulación son claros: Desde principios de 2020 vivimos una farsa que es muy obvia y sin embargo vemos como la gran mayoría de la gente no se para a cuestionar nada… Pero esto no es nada nuevo y se ha ido gestando durante décadas, poco a poco, con el miedo como una gran herramienta del poder y con la distracción como su gran aliado. Con palabras introducidas en nuestro lenguaje de forma simultánea en todo el mundo como: “confinamiento”, “nueva normalidad” o “distanciamiento social”, que van cambiando la percepción de las personas y dando forma a un nuevo mundo cada vez más homogéneo, más gris, más individualista y vulnerable, más dependiente de los de arriba, sin estructuras horizontales de apoyo mutuo.

Pero sin ejercitos apuntándote con un rifle a la cabeza, necesitan tu colaboración, la de todos, y el problema es que la tienen. Mientras ves la última serie de moda en tu piso donde vives solo, mientras te relacionas de forma superficial con esas personas a las que llamas “amigos” sin tener ni idea de lo que significa esa palabra u otras como lealtad o valores, mientras llenas tu vacío existencial con series estúpidas, alcohol u otras drogas, mientras escuchas el top 40 sin prestar atención a los mensajes que contienen las canciones… Mientras haces todo eso, hay unas personas poderosas que se frotan las manos porque saben que su poder nunca va a ser desafiado, saben que pueden seguir haciendo las barbaridades que quieran porque la población está hipnotizada y dice que sí a todo sin pensar ni quitar los ojos de la pantalla.

Una persona no puede cambiar el mundo (ni creo que realmente sea algo necesario), pero una persona puede decidir dejar de tragar mierda. Luego pueden ser dos, tres, cuatro, etc… Al final somos más y eso es lo que teme el poderoso.

En lugar de esperar a que venga un nuevo mesías a arreglar las cosas, es posible que cada uno de nosotros empiece a decir «No». No estás indefenso, solo te convencieron para pensarlo. Tienes una consciencia, algo realmente podersoso que te permite conectar con tu intuición y darte cuenta de que aquí hay algo que realmente huele muy mal… algo que te puede poner en marcha hacia un viaje que si no cambiará el mundo, al menos cambiará tu forma de verlo y tu lugar en él.

Solo tú puedes decidir gritar ese “¡Basta ya!” y dejar de ser un elemento de consumo pasivo. Solo tú puedes comenzar a decidir, desarrollando un criterio propio, qué elementos permites entrar en tu vida y cuáles rechazar por razones que sean exclusivamente tuyas. Solo tú puedes decidir dejar de ser “la masa” y convertirte en un individuo consciente y de esa forma construir relaciones y vinculos fuertes que vayan formando una red con valores sólidos y un compromiso inquebrantable.

Y no es fácil: Están luchando a sako contra todos nosotros porque nos temen, porque saben que una población crítica y consciente es peligrosa para su monopolio. Pero tú siempre tienes el poder de decir “¡No!”, “¡Hasta aquí!”. Poco a poco, en tu círculo de personas cercanas, con tus relaciones íntimas, con tu familia y amigos… 

Puedes empezar a mirar dentro de ti para ver que ese vacío no es para tanto, que ese miedo y confusión se deshacen en cuanto los iluminas con tu consciencia. Entonces dejas de ser manipulable. Entonces eres un engranaje menos en su maquina infernal y ésta pierde un poquito de poder…

Porque en realidad nunca tuvo ese poder: se lo dimos nosotros.