Tu libertad, su pesadilla

Escucha el programa de Salto al Vacío donde hablo de este tema, leo partes del artículo y pongo temazos que hablan de la libertad

Dentro del espectro que va entre el autoritarismo y la libertad siempre me he posicionado claramente en el segundo campo con independencia de cualquier ideología política. Es cierto que hace mucho tiempo solía pensar que las ideas de izquierdas estaban más alineadas con la idea de libertad, cosa que los últimos años he ido viendo que es falso. Tampoco creo que las ideas de derechas vayan por ahí, por cierto…

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Una cosa que sí tenía bastante clara es que las ideas comunistas no eran compatibles con la idea de libertad, de hecho es bien conocido el enfrentamiento que siempre ha habido entre anarquistas y comunistas (y el que no sepa de esto lo puede investigar…)

Todos tenemos un ideal, una utopía, y la mía es un mundo donde la gente colabore y se ayude desde la plena libertad. Donde se formen relaciones horizontales de cooperación al margen de cualquier poder estatal vertical. Este tipo de ideas las he visto por ejemplo en etapas de mi vida donde estuve involucrado en proyectos autogestionados en los que la mera mención de una colaboración desde ayuntamientos u otros poderes estatales era despreciada sin darle ninguna oportunidad. Este tema lo retomaré al final…

Básicamente tiene que ver con la autenticidad. No me interesa un mundo donde las personas se portan “bien” porque están obligadas a hacerlo. No me interesa un mundo con estrictas normas donde un grupo de personas en el poder deciden qué es eso de portarse “bien” y se lo imponen al resto mediante leyes y castigos. Ese mundo es falso, y nunca se sostiene a la larga.

Las personas que están ahora mismo en el poder en todo el mundo tienen por lo general un alto afán de “educar” a la población, como si la población estuviese compuesta por niños pequeños a los que hay que controlar y llevar por el buen camino. No creo en ese modelo.

Primero, opino que hay que saber aceptar el lugar en el que estamos como sociedad. Ésto no lo vamos a cambiar desde el rechazo, y no vamos a poder forzar a la gente a colaborar, a tener empatía y a que le importen los demás. La educación más valiosa es desde el ejemplo, y por desgracia los que pretenden educarnos no predican para nada con el ejemplo. Pero independientemente de esto, no vamos a crecer como sociedad si no nos enfrentamos a nuestro propio infantilismo, si no empezamos a reclamar nuestro espacio para experimentar, vivir y decidir por nosotros mismos. Es un poco como cuando un adolescente empieza a separarse de sus padres: necesita reclamar su vida de alguna manera, su propia capacidad de decidir para si mismo. De equivocarse, caerse, levantarse y aprender. Desarrollar su propio criterio.

Para esto necesitamos un marco legal que limite seriamente los poderes del estado sobre la población. En España ahora mismo parece que todo el poder se concentra en el gobierno (poder ejecutivo), que hace las leyes (en teoría el poder legislativo) y controla al poder judicial. Así mismo parece que el cuarto poder (la prensa) está controlado por el gobierno mediante subenciones y publicidad estatal. No hay separación de poderes. No hay un control externo al poder.

¿Hasta qué punto hemos llegado que hasta nos dicen desde el gobierno qué tenemos que comer y qué no? ¿Tan dificil es ver que es algo totalmente inadecuado, incluso humillante? 

Por eso abogo por una reducción paulatina del estado hasta que se convierta en un mero gestor de lo común. Nada más… En ese sentido, quizás podría simpatizar con las ideas liberales, aunque no es en el ámbito económico extrictamente en lo que me estoy fijando si no en la idea (muy utópica) de que cada persona pueda realizar su proyecto de vida en plena libertad siempre y cuando no impida a nadie hacer lo mismo. Es el vive y deja vivir de toda la vida…

Hablemos de la libertad… Parece que dentro de esta idea está la amenaza percibida de que una persona libre va a ser una persona egoista. Que el que no tiene una obligación de colaborar no lo va a hacer nunca. Y me pregunto: ¿De donde sale esta suposición?

Porque sí, habrá personas egoistas, pero también habrá personas que no lo sean, y habrá personas mucho más dispuestas a dar cuando no se les está forzando a ello, y darán para ayudar a quienes ellos elijan, colaborarán con las personas que ellos decidan, y los proyectos que salgan adelante serán aquellos que más personas acaben apoyando. ¿Suena a algo esto? Al mercado… claro…

Pero, ¿Qué es el mercado si no el conjunto de todas las personas que lo componen y deciden donde invertir su energía? Personas individuales, con sus gustos, sus necesidades, su criterio, su personalidad… No es un ente homogeneo y despersonalizado, somos todos, decidiendo cada uno qué es lo que quiere, qué le gusta, a quien quiere apoyar. Eres tú comprando el último disco de Alejandro Sanz aunque a mi me parezca bazofia, soy yo eligiendo pantalones pitillo, decidiendo no comer sushi o metiendo dinero en un proyecto que para mí es interesante. Pero también eres tú colaborando con una ONG, yo recogiendo la basura que dejan otros en la playa o prestando dinero a un amigo que lo necesita…

Y claro, muchas veces las personas no apoyan aquello que le interesa a los poderosos, muchas veces los poderosos tienen que inflar artificialmente lo que les interesa, ya sea por lazos con determinadas multinacionales, o por otras razones, y tienen que manipular o directamente obligar a consumir determinados productos, a apoyar determinados proyectos. Lo vemos en gobiernos que no permiten quebrar a los bancos, por ejemplo, o untando de dinero público a multinacionales para distribuir sus productos a la población.

Esos lazos entre empresas privadas (y aquí incluyo también cosas como la iglesia) y poderes públicos son justo aquello con lo que se debería acabar tajantemente. 

Vivimos en un sistema capitalista donde no hay realmente libertad. Un sistema donde se controla toda la cadena de consumo, decidiendo el qué, el cómo y el por qué sin dejar espacio a alternativas que no interesa promover o que directamente se intenta aplastar para defender según qué monopolios. Políticos pagados por empresas privadas que a su vez benefician a estas empresas con sus leyes. Como decía Sherlock Holmes: “Follow the money”… El político no vela por tus intereses, vela por los intereses de quien le financia…

Por otro lado, la libertad está muy ligada a otro concepto sin el cual no sirve de nada: la confianza. Todos los sistemas en los que hemos vivido han carecido (y carecen) de esto último ya que siempre buscan como controlar a la población, ya sea por disuasión, manipulación o directamente amenza de castigo. La libertad no puede florecer en ese entorno. No florece en el ámbito personal, y por supesto no lo hace en el ámbito social.

Pero claro, una persona libre es una persona impredecible. Es alguien que no tiene por qué consumir tu producto, que no tiene por qué votar a tu partido, que no tiene por qué relacionarse contigo. Una persona libre decide por si misma y por desgracia ahora mismo es vista como una amenza potencial.

Solo hay que ver los medios de comunicación ultimamente y el mensaje que emiten constantemente: obedece.

Ellos son pocos, nosotros somos muchos. Muchas personas libres, impredecibles, son claramente una amenaza para el control que unos pocos pretenden ejercer sobre toda la población. Por eso es importante darse cuenta de que los intereses que defienden esos pocos que están en el poder (se llamen de izquierdas, de derechas, o lo que sea) no son tus intereses. Al poder le importa una mierda si tu consigues el trabajo de tus sueños, si apruebas tus estudios y te formas en lo que te gusta, si haces un concierto, una exposición, si escribes un libro o si decides tener hijos y crear una familia. Lo único que quieren de ti es el voto que les legitime en el poder. El voto que les da carta blanca para hacer lo que les de la gana y por supuesto, para seguir defendiendo los intereses de los que les financian. Y algo más: tu dinero.

Los gobiernos manejan cantidades de dinero inmensas, requisadas a todos los ciudadanos del país. Ningún interes privado debería ser defendido con ese dinero. Ninguno. Ese dinero que llamamos “público” y que algunos politicos se burlan diciendo que “no es de nadie” es el dinero de todos. Y debería ser para mantener lo común. Lo realmente necesario. Y ese gasto público debería estar mucho más controlado porque la corrupción actual es brutal. Hacen lo que quieren, crean puestos a dedo para sus amiguetes y crean concursos públicos donde solo hay una empresa que se lleva millones de euros en conceptos ridículos.

Vuelvo a lo que comentaba antes: Había buenas razones para que los movimientos sociales rechazasen a los ayuntamientos y gobiernos (a los partidos políticos al fin y al cabo) a la hora de conseguir espacios o financiar proyectos. Es esta corrupción y el hecho de que todo tiene un precio: venderte a sus intereses. Lo hemos visto en el partido que supuestamente “emergió” de estos movimientos y que no merece, en mi opinión, ni ser nombrado. Pero lo hemos visto muchas veces antes de que estos sinvergüenzas salieran… 

La libertad la conquistaremos todos juntos. Y es nuestro derecho. Ya es hora se que empecemos a ejercerlo…