Ni dan miedo las tetas, ni dan miedo los penes. Por la despolitización de la crianza

He visto el vídeo de Rigoberta Bandini “Ay Mamá” y la respuesta de los Meconios “Ay Papá”, presentada como parodia pero igualmente con un tinte emotivo en su reivindicación de la labor del padre en la crianza. Hay algo que no me ha gustado en ambas canciones y es el intento de politizar este tema tan fundamental en nuestras vidas.

En concreto me estoy refiriendo a la línea donde habla del miedo a las tetas/penes y donde en la versión sobre los papás aprovecha para hablar de la criminalización del hombre. En la original, en el vídeo, te mete la “pullita” de la teta gigante destruyendo a la nave “hombre”.

Photo by Fallon Michael

Igual que me sobra en una, me sobra en la otra.

El problema es que la labor de un padre y una madre no es de reivindicación, no es política, es de cuidado, de supervivencia, es algo carnal y físico, es concreto. No es algo abstracto ni ideológico. Crias porque te sale de lo más profundo del alma. Crias porque no podrías hacer otra cosa.

Aunque vivimos en un mundo donde muchos llegan al extremo de deshumanizar algo tan básico para la vida como es reproducirse y tener hijos, al final hay una carga biológica en el acto que es la que lo dirige y le da sentido. 

Tener hijos es parte del imperativo de supervivencia más básico de cualquier especie.

Y es obvio que lo más importante en el acto reproductivo es, por supuesto, el resultado del mismo: las criaturas.

Y mi premisa es que cualquier intento de politizar la reproducción y la crianza al final a quien perjudica es a los niños y niñas para los que la crianza es básicamente su vida. Son totalmente dependientes de unos progenitores que han de estar bien presentes para un desarrollo sano.

Toda acción que tomas como padre o como madre va dirigida a que ese nuevo ser tenga la oportunidad de crecer fuerte y ser capaz de salir al mundo por si mismo. Sobrevivir, sí, pero mucho más que sobrevivir: aprender a vivir. Y eso está por encima de cualquier ideología o reivindicación política.

Ya lo dije en el texto “Lo personal no es político” y lo vuelvo a decir ahora: cuando metes ideología en tus acciones personales las estas desvirtuando, estás dejando de lado la razón esencial para actuar (en este caso mirar por tus hijos) para reivindicar algo al mundo externo, una llamada de atención que al final instrumentaliza tanto a los niños como a la propia crianza.

No hay nada que demostrar, simplemente salir adelante y hacer lo que tengas que hacer, no importa lo cansado que estés, para que tus hijos coman, crezcan y aprendan cada día. Eso es la VIDA así en mayúsculas.

Y lo siento: hay que experimentarlo en tus propias carnes para realmente poder empezar a entender algo de lo que significa ser padre o madre y lo que te cambia la perspectiva sobre la vida. Si no lo has vivido no tienes ni idea y por mucho que te lo explique no lo vas a entender.

Por eso: dejad en paz a los padres. Dejad en paz a las madres, a los niños y a las niñas. Dejad de usar la crianza para avanzar vuestras agendas ideológicas, sean las que sean, porque aquí estamos trabajando para que nuestros hijos tengan un futuro mejor y vosotros (en especial los políticos, pero cualquiera que tenga un interés político o ideológico en este tema) estorbáis. 

Sobráis.