La respuesta es siempre…. «Sí»

La vida parece complicada. 

Hay una máxima en la improvisación: dar siempre un «sí». Esto lo sé porque un amigo mío trabaja con este tema.

Cualquier situación que se presenta durante la improvisación se acepta, se integra y se juega con ella… ¿Por qué no jugar también con las situaciones que se nos presentan en la vida?

Imagen generada con Dall-e 2

Al final la vida no es más que una sucesión de eventos que nos pueden tocar o no… en mayor o menor medida… La vida es una improvisación: no la podemos preparar y cuando sucede lo inesperado no podemos decir “Oye, que esto yo no lo he podido estudiar bien antes… Que no me sé el texto… Que no estoy preparado”. ¿Por qué sentimos que no estamos preparados para lidiar con algo que nos ocurre?

Es parte de la historia.

La respuesta es siempre sí. 

Por ejemplo yo escribo esto dictándole al móvil y el móvil se equivoca cada 2 × 3. Aun así es muy divertido hablarle al móvil y que este escriba lo que tú dices.

Obviamente luego lo voy a corregir pero mientras escribo me hace reír y ya está. La vida es parecida, puesto que tú no puedes decirle algo y que ocurra. Puedes intentarlo y probablemente te salga bien o mal, peor o mejor, pero no tienes un control directo sobre lo que sucede.

La respuesta es siempre sí porque en el momento en el que rechazas lo que ocurre y opones resistencia, la consciencia se distrae. 

Muchas veces somos capaces de intuir cosas externas a nosotros, por lo que nuestra consciencia efectivamente abarca más que nuestros sentidos físicos o nuestros sentidos físicos abarcan un rango de frecuencia más grande del que pensamos que abarcan.

No importa el mecanismo.

Lo que quiero decir es que cuando tú eres consciente no solamente de ti mismo, sino también de lo que tienes a tu alrededor, otras personas incluidas, puedes darte cuenta de que la única respuesta es sí.

Todo lo que ocurre fluye a su manera y tú eres parte de ese fluir, lo rechaces o lo aceptes. No importa si tu respuesta es no porque no va a dejar de correr el tiempo y de suceder lo que está sucediendo por lo tanto la respuesta al final es sí. Por mucho que patalees..

Hay algo divertido con todo esto aunque a veces joda (y que joda es parte de todo el cuento). 

La consciencia solo crece. A veces pienso que cuando era pequeño ya pensaba más o menos como pienso ahora. Si recuerdo situaciones de entonces puedo ver que muchos de los razonamientos eran los mismos, pero quizás la diferencia era simplemente el nivel de consciencia y por consciencia quiero decir no solo la consciencia de quién eres sino quién eres en el mundo en el que vives, quién eres junto a las personas con las quien eres.

Al final me da la sensación de que lo único necesario es darse cuenta, tomar consciencia de todo lo que pasa por tu mente, todos los cabreos, las pataletas, la tristeza, etc… Son eventos que ocurren en ti, o en tu rango de consciencia, que puedes observar, que puedes sentir.

Lo que hagas al final es circunstancial. Lo importante es darse cuenta de el lugar desde donde nace esa acción. No está ni bien ni mal.

Por eso la respuesta siempre es sí.

Tiene sentido: un ser que nos parece realizado actúa muchas veces de forma que nos parece contradictoria. No deja de ser un ser humano, la diferencia con otros seres humanos es que el ser realizado se da cuenta de todo lo que siente y e incluye lo que sienten las personas a su alrededor cada vez que toma acción.

Lo curioso de esto es que al final nos limitamos muchísimo desde nuestros pensamientos y somos, aunque no es real, lo que pensamos que somos.

Sergi Torres dice esto mucho. No veo que critique a la mente como si fuera algo malo, simplemente habla de cómo nos creemos nuestros pensamientos, y por lo tanto no podemos ver la “realidad”.

Pero esto es lógico, no tiene nada de malo, nuestra consciencia es la que es y está invadida por un cerebro analítico que lo piensa todo y que se cree lo que piensa. Un poderoso cerebro que acierta muchas veces en cosas de las que aún no somos verdaderamente conscientes… se adelanta a la verdadera integración y nos confunde.

No vamos a dejar de creernos lo que pensamos y eso está bien, pero podemos tomar consciencia de ello y entonces esas creencias dejarán de limitarnos.

Una vez más la respuesta es siempre sí.

No se trata de cambiar tus pensamientos. La respuesta es siempre sí. No se trata de evolucionar y aprender. Ya eres quien tienes que ser. La respuesta es siempre sí. 

Se trata de fluir aunque a veces fluir parezca darte de ostias con una pared. Porque es eso: no es un ideal donde todo parece “salir bien”. 

Pero la consciencia no tiene palabras, no explica con análisis y deducciones. Simplemente eres. Y eres la consciencia que eres, y eres ahora, no ayer o mañana. Y siendo simplemente la que eres ahora mismo se demuestra, efectivamente, que…

La respuesta es siempre: SÍ