Vidas de mentira

Se ha hecho viral la denuncia que han hecho unas chicas a un policía que se había infiltrado en movimientos sociales en Cataluña y durante años mantuvo relaciones con ellas, alguna de más de dos años según leo.

Al margen de que eso pueda o no considerarse un delito sexual dé algún tipo (no voy a entrar porque realmente no tengo ni idea), quería reflexionar sobre el punto al que hemos llegado donde un hecho que expone lo podrido que está el sistema, es visto por muchos como curioso, gracioso o peor aún: deseable… simplemente porque ellas están en su espectro político opuesto.

Y es que siempre he pensado que los fines no pueden justificar los medios, y hay formas y formas de comprobar si según qué grupo de personas que se juntan por el motivo que sea es “peligroso” o no.

Pero lo más sangrante del caso para mí es el hecho de que no se señale lo que veo como mayor transgresión por parte del estado: la intromisión en la vida e intimidad de ciudadanos individuales, personas que sin estar cometiendo ninguna ilegalidad viven sus vidas, hacen sus actividades y se juntan para ello con quien les da la gana.

Vivimos en un país con una democracia liberal donde supuestamente somos cada uno libres de realizar nuestros proyectos de vida y el estado se supone que está ahí para gestionar lo común, asegurándose de velar por un mínimo de seguridad y proveer unos servicios mínimos que no olvidemos, pagamos todos de nuestro bolsillo.

Que esos recursos se estén usando de forma reiterada contra los ciudadanos, inmiscuyéndose en nuestras vidas con la excusa de la “seguridad” es una barbaridad… montándose pajas mentales de que chavales jóvenes, en una etapa normal de rebeldía que se juntan y protestan son peligrosos delincuentes en potencia a los que hay que vigilar muy de cerca (y de tan cerca!)

Reíros de estas chicas y explicadnos lo machote que es el policía… es fácil aplastar al “enemigo” cuando está en el suelo, si. Pero no olvidéis que estáis justificando un nivel de control e intrusismo digno de una dictadura, como la de Franco o como la de China o la URSS…

Me recuerda un poco a los que defienden la libertad de expresión solo para los que piensan como ellos…

El gobierno está para gestionar, y esta ahí porque se le ha votado. Y la obligación es de ellos hacia nosotros, no al revés.

El momento en que aceptamos que ellos puedan presuponer que cualquiera es un criminal y justificar vigilarle y tenerle controlado hasta en su más profunda intimidad sin haber cometido ningún delito, es el momento en que nos convertimos en sus esclavos, su ganado… Quizás ya lo somos desde hace mucho tiempo.

Y lo siento: la confianza sólo puede ser mutua. ¿Realmente pretendéis que confíe en unas instituciones que no dudan en usar el engaño si lo ven oportuno? ¿Va a ser esto como lo de que para qué quieres tener privacidad o acaso tienes algo esconder?

En fin… malos tiempos para la libertad…