Saber quién eres… Saber quién es…

Hay algo que no se puede concretar pero es importante igualmente. Algo que nos define ante el mundo y normalmente nunca llegamos a verbalizar. Es una esencia, llámalo «tu ser» si quieres.

El caso es que se puede manifestar de muchas maneras y también en diversos momentos del día… Puede surgir de una rutina, de una canción, o de una situación aparentemente cotidiana. Pero cuando surge lo sientes… un cosquilleo por el cuerpo y una sonrisa que emana de lo más profundo.

No es algo pensado con la cabeza, no tiene lógica, es algo que te nace y se expresa a través de ti, pero al mismo tiempo eres tú, tú a un nivel menos superficial, menos conectado con el mundo físico a tu alrededor, más conectado con tu mundo interior.

Algunos podrían mirarte desde fuera y pesar que te has «quedado», pero nada más lejos de la realidad… Porque lo que surge, lo hace desde una conexión fuerte entre la realidad externa, física, palpable, y tu interior, una incógnita que se va descubriendo a través de estas sensaciones y vínculos…

Y sí, es facil juzgarse y quizás sentir verguenza, Porque esa conexión no se tiene por que entender desde fuera… Cada uno entenderá la suya, pero siempre será diferente… personal. Y lo más que podemos llegar a ver es eso: que los demás podrán sentirlo a su manera, pero «su manera» es una incógnita que nunca se va a desvelar. Y hay que aprender a vivir con ese hecho.

Y quizás esa comprensión podría facilitarnos la interactuación con otras personas… al aceptar que cada uno entiende la vida de forma distinta, que cada uno tiene una perspectiva diferente sobre la realidad, sobre el mundo…

Pero se puede dar un paso más: puedes conectar con el otro y lo que le hace sentirse vivo y, sin juzgarlo, llegar a sentirlo en tí. Es necesaria una apertura de miras para traspasar tus resistencias y prejucios y ver lo que sea, como lo ve el otro, como lo vive el otro.

Quizás pueda ser una forma de acercar nuestros mundos interiores y entender un poquito más a alguien que, tenemos que aceptar, es externo a nosotros y nunca vamos a entender del todo… que vamos a ver desde nuestra interpretación y que va a ser complicado llegar a conocer realmente…

Pero aún así, con todo ese abismo que nos separa, hay puentes que nos unen, o nos pueden unir si estamos dispuestos a dejar el orgullo un poco de lado y abrir la mirada… aceptar quién eres, aceptar que el otro no eres tú.