Cuando vives desconectado, aislado de todo lo que tienes a tu alrededor, metido en tu cabeza, pensando que tu «ser» está limitado por tu mente y tu cuerpo, y observas el mundo desde ese pequeño punto de vista, es lógico tener miedo. También es lógico que uses todas las herramientas a tu alcance para intentar evitarlo…
Tu PODER entonces depende de la capacidad que tengas para conseguir que tu entorno se adapte a tus deseos. Todas las personas pasan a ser herramientas que manejar: objetos.
Backlink | Photo by Amos from Stockphotos.com on Unsplash
En este estado, todo lo que no tengas capacidad de controlar se convierte en una incógnita en el mejor de los casos, pero más habitualmente en una amenaza. La amenaza de lo desconocido, de que ocurra algo que tu vivas como perjudicial, algo que no tenías previsto… que duela.
Continuar leyendo «Al final todo va de PODER»